Wilson Staub Avalos
Los albores del siglo XX traerían un mal presagio para el nuevo siglo que se iniciaba, por ese entonces asomaba la guerra Ruso-Japonesa, la firma de la “Triple Entente” entre Rusia, Inglaterra y Francia, como forma de contrarrestar el incipiente poderío Alemán, serían solo el comienzo de un siglo plagado de guerras.
En Chile el inicio del nuevo siglo tampoco sería mejor, en 1906 y 1907 terribles masacres se llevarían a cabo en manos de militares, enviados por las autoridades de turno y azuzados y amparados por los empresarios salitreros dueños del capital.
Nos referimos específicamente a las Matanzas de Plaza Colón de Antofagasta y Santa María de Iquique, sucesos que desencadenaron una oleada de huelgas y manifestaciones en el Norte Grande y principales ciudades del país.
En este breve artículo nos referiremos específicamente a lo sucedido un 13 de Febrero de 1906, un día antes de la fecha conmemorativa de ocupación de la ciudad por manos del ejército Chileno en la llamada “Guerra del Pacífico”.
El relato de estos trágicos sucesos tiene como escenario el centro comercial de la ciudad de Antofagasta y tuvo su origen en el Movimiento Obrero de Operarios de Ferrocarriles, quienes aspiraban a conseguir 8 horas de descanso, más una hora para poder almorzar, sin embargo no fueron escuchados, ya que en la época no existía legislación al respecto y pese a las reuniones entre empresarios y obreros no se llegó a acuerdo alguno.
La tensa situación hizo que se plegaran también a la manifestación los trabajadores del puerto. Cerca del Mediodía del 13 de Febrero una inmensa columna de obreros avanzó por las calles céntricas, a lo que el intendente de turno respondió con la prohibición de venta de alcohol, utilización de todo tipo de armas y suprimió el derecho a reunión. Pero como era de suponer, esta ley aplicaba solo para los obreros, ya que los empresarios se reunieron y formaron una suerte de “Policía”, comunicando al Intendente de su acuerdo y solicitando que el Comandante del Regimiento “Esmeralda”, proporcione armas a los cerca de un centenar de guardias que habían reclutado. El intendente accede a tal insólita petición.
A eso de media tarde, los huelguistas llegaban a la Plaza Colón de Antofagasta la cual estaba atiborrada de obreros que atentamente escuchaban a Luis Emilio Recabarren, quien a viva voz exacerbaba los ánimos contra de los capitalistas explotadores del proletariado. Como era de suponer, la “Policía” se hizo presente en la plaza rodeando a los trabajadores, quienes al ser increpados comienzan a abrir fuego indiscriminadamente, provocando la dispersión de la multitud hacia las calles Washington y Balmaceda, rumbo al muelle de la ciudad, punto en el cual para cerrar el macabro destino de los obreros, se encontraba el Buque “Blanco Encalada”, quienes al ver la multitud comenzaron a disparar, el atroz resultado tras el fuego de las armas sobre los obreros, 48 cuerpos esparcidos por la plaza y sus calles aledañas.
Sin embargo las réplicas de la tragedia continuaron los días siguientes; cuando algunos de los huelguistas cobraron venganza dando muerte a uno de los “Policías” formados por empresarios y autorizados por el Intendente. La escalada continuó hasta el 15 de Febrero y sería solo el comienzo de sucesivas masacres a la cual se le sumaría al año siguiente, la más atroz de todas, la de la Escuela Santa María de Iquique.
Como consecuencia indirecta de esta tragedia y su voz férrea y firme en defensa de la clase obrera, Luis Emilio Recabarren es electo Diputado de la República por Antofagasta, Taltal y Tocopilla el 15 de Mayo de 1906, sin embargo no llegó a ocupar su escaño en el congreso, debido a que la sesión de la Cámara del 05 de Junio señaló observaciones por la exigencia de “Jurar Por Dios”, a lo que más tarde sus opositores instalan una acusación de fraude que le arrebata la diputación, después de esto, regresó al norte y se estableció en Iquique.
*Reseñas Bibliográficas;
- Episodios de La Vida Regional (Floreal Recabarren)
- Presencia del Ejército de Chile en la II Región de Antofagasta (Floreal Recabarren)
- Archivos Biblioteca Congreso Nacional de Chile
- CEILIER.