
Wilson Staub Avalos
Llega Septiembre de 1924 y el Congreso Nacional propone establecer un sueldo para los parlamentarios, la idea es evitar que solo los ricos se dediquen a la política, la iniciativa es buena pero el contexto no puede ser peor. Es así como un 02 de Septiembre de 1924, 57 oficiales interrumpen la sesión del parlamento y desde las tribunas hacen sonar sus sables en señal de protesta, es el famoso “Ruido de Sables”. Seis días después el congreso presionado por la oficialidad, aprueba un paquete de leyes sociales que gravitan hasta nuestros días; Contrato de Trabajo, Seguro Obrero y Organización Sindical. Tras la intervención militar está el Coronel Carlos Ibáñez del Campo, quien tras estos sucesos se convertiría en un dictador.
Es así como un Jueves 11 de septiembre de 1924 a las 01:30 de la madrugada, se estamparon las firmas de la Junta Militar que se había constituido, tras la renuncia del Presidente Arturo Alessandri, la cual determinó disolver el Congreso Nacional mediante un decreto. Con ello, quedaban como gobernantes de facto en medio de un escenario convulso, marcado por las huelgas y por el llamado “Fin a la República Parlamentaria”.
A 100 años del otro golpe de estado y bajo el contexto histórico señalado, contradictoriamente nos encontramos también con los 100 años de la muerte del padre del Movimiento Obrero Chileno, Luis Emilio Recabarren Serrano, “El Maestro”.
Intelectual orgánico que consagró su vida a la emancipación de los obreros y obreras de la patria, dirigente preclaro que entendió la necesidad de generar una estética cultural obrera, promotor de la hegemonía cultural popular por medio de la praxis. Fue así como fundó periódicos populares, escribió obras de teatro, impulsó la creación de coros obreros y juveniles, todo con la idea de la politización de las masas y una transformación en la forma y fondo de como habían percibido su realidad anteriormente.
Crónica A 100 años de la muerte…
“Ahora me despido como un maestro y me pegó un tiro” (Blues de Recabarren, M. Redolés)
Luis Emilio Recabarren se levanta temprano, vestido con pantalones, zapatos y camiseta, está en su pieza de trabajo, sentado en su escritorio, a su lado, la mesa con la máquina de escribir que trajo de Alemania en 1922, el maestro se encuentra solo, minutos antes han abandonado su pieza Teresa Flores y su hermana Ana, dirigiéndose hacia al interior de la casa, son alrededor de las 07:00 am cuando el estampido de disparo rompe el silencio matinal. Teresa, Ana, López y Montecinos, únicos habitantes de la casa corren a la habitación donde se han escuchado los balazos, encuentran a Recabarren muerto, tendido en el piso, cerca del escritorio con una arma entre las manos, es la pistola Mauser C-96 que compró en Alemania el año 1922, la sangre enrojece el suelo alrededor de la cabeza blanca de canas del maestro, han transcurrido 100 años de tan trágico episodio, ya un siglo, y somos miles quienes rendimos homenaje a ese obrero tipógrafo que se quitó la vida un 19 de diciembre de 1924 en su casa de Santa Filomena #195 de Recoleta.
Cortejo Fúnebre, Capilla Ardiente, Asistentes y Oradores:
Recabarren, Luis Emilio Recabarren, simplemente doy las gracias por tu luz, con el viento, con el viento de la pampa, tu voz sopla por el centro y por el sur.
(Pongo en Tus Manos Abiertas, V. Jara)
Cortejo Fúnebre:
“Grupos de niños abrieron pasó al cortejo llevando en sus manecitas flores tan blancas como sus almas puras y buenas para dejarlas sobre su tumba como el último homenaje de la infancia a una vida entregada a la lucha por los más postergados y desvalidos de la patria”.
Capilla Ardiente:
“El visionario esperanzado que con llama purísima de su espíritu gigante encendiera el alma del proletariado nacional en un ímpetu vehemente de liberación; el fervoroso sembrador de auroras en la noche lóbrega de los desheredados y humildes de esta tierra; el que dedicó su vida de exaltación y ensueños al sublime magisterio de enseñar y esparcir en la cálida pampa salitrera y en el fondo tenebroso de las minas y en los doloridos campos de chile, un evangelio redentor de justicia y libertad:
El Agitador, El Apóstol!!
Algunos Asistentes:
Familiares de Luis Emilio Recabarren, Mesa Directiva de La junta Ejecutiva Federal de La Federación Obrera De Chile, Miembros del Partido Comunista de Chile de sus Diferentes Secciones, Delegado Provinciales de Organizaciones Obreras, Varios Directores de la Prensa Obrera, entre ellos Alfredo Montecinos del Diario Justicia.
Principales Oradores:
Dentro de los principales oradores que acongojados se dirigían a las masas se encontraban; Santiago Labarca Labarca, Diputado por Santiago en tres períodos, Carlos Pelegrin por la Federación de Empleados Particulares de Curicó, Gregorio Guerra por la Federación de Empleados Particulares de Santiago, Carlos Olivares por Los Obreros de Valparaíso, el Periodista y Poeta Roberto Meza Fuentes, Manuel Hidalgo Plaza, Senador por Tarapacá y Antofagasta por el Partido Comunista de Chile entre 1926-1934, Luis Victor Cruz Stegmanns, discípulo leal de Luis Emilio Recabarren, miembro fundador del Partido Comunista de Chile, Diputado por Tarapacá y Pisagua entre 1921-1924, en 1924 es nombrado Secretario General de la FOCH, Federación Obrera de Chile, también fue Diputado por la Séptima Circunscripción Departamental “Santiago” entre 1926-1930.
Y por último en medio del desolador cuadro tras la partida física de Luis Emilio, surge la figura de Teresa Flores, fiel compañera que afrontó abnegadamente todas las vicisitudes y fue férrea luchadora y agitadora feminista que acompaño a Recabarren desde la fundación del Partido Comunista de Chile hasta su muerte:
*Texto redactado a Teresa Flores por Luis Emilio Recabarren que contiene los siguientes párrafos en vísperas del suicidio frustrado en agosto del año 1924:
“El espíritu mío ha tenido siempre concepciones muy elevadas de lo que debiera ser la vida. Nunca encontré en el camino de mi existencia los elementos, inmediatos, para alcanzar la realización de este anhelo. Y al llegar a esta avanzada edad de mi… Existencia siempre convulsionada por una multitud de acontecimientos, de hechos de accidentes, de incidentes, que en mayor parte de los casos han amargado mi vida y dolorido mi existencia, alcanzando sólo en suma más dolores que anhelos realizados, más sinsabores que actos agradables. ¿Para qué sirve esta parte de la vida? Es Decir: ¿Para qué sirve para mí que después de haberla vivido un largo periodo humano, (48 Años), durante los cuales he luchado por alcanzar la satisfacción de los apetitos de mi naturaleza, sin conseguirlo, llego a este momento, no diré cansado, pues, creo no haberme cansado todavía, pero llego como expreso aquí sin sentirme con voluntad para continuar buscando lo que hasta la fecha no he encontrado. Por eso me voy a vivir la vida eterna por el camino más fácil”.
Sábado, Agosto 30 de 1924”.
*Reseñas Bibliográficas:
-Funeral Recabarren Cortometraje Cineteca Nacional.
-Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
-Informe de la Comisión Investigadora de la FOCH y del PC Chile sobre la muerte de Luis Emilio Recabarren.
-Documentos del CEILER.