Roberto Morales Urra
Académico del Instituto de Estudios Antropológicos de la Universidad Austral de Chile, en Valdivia.
Como un humanista científico se aproxima a las realidades de los pueblos y naciones originarias, -en particular los mapuche y los pueblos de las zonas australes- construyendo una teoría antropológica para comprender a sociedades convertidas históricamente en indígenas subalternos dadas las relaciones de dominación establecidas desde los Estados nacionales de las Américas y en particular en Chile.
Epistemológicamente, Lipschutz se situaba en el contexto socio histórico de la época, consciente de las determinaciones que implicaba el ser sujeto de su tiempo, siendo crítico del “orgullo europeizante”, valorando las culturas ajenas y especialmente la autenticidad que identifica en las llamadas “culturas primitivas”. Afirmando que la persistencia de las minorías étnicas, nacionales y de otro tipo, perfilan las proyecciones del futuro de la humanidad, así como la valoración de lo ajeno y de lo distinto, y el reconocimiento de la validez de otras lógicas y de otras modalidades de desarrollo.
Asume la matriz del marxismo para comprender y actuar, siendo uno de los principales precursores de esta perspectiva en el quehacer antropológico chileno y situado vivencialmente en las Américas, sostiene que la “obra creadora” del proceso formativo de las naciones podrá llegar a su término feliz en nuestro continente, desarrollándose una conciencia cultural sustentada en las vertientes indias, hispanas y africanas presentes, superando así “la severa ley secular del espectro racial”.
La articulación de lo nacional y lo internacional, como de lo indo, lo hispano y de lo afro en el continente americano, le permite identificar en las contradicciones sociales e históricas la posibilidad de la superación de estas, proyectando un nuevo tipo de sociedad.
Para la comprensión de los pueblos indígenas, Lipschutz trabaja con una noción dinámica de la cultura, abarcadora de los elementos materiales y espirituales que son vitales y valorados para la supervivencia y desarrollo de un grupo humano en su entorno natural, y que pasan a constituir la tradición del grupo. Así, los elementos que componen la cultura, son valores culturales en sí mismos, y deben ser reconocidos como tales.
Sostiene la estrecha interdependencia de los componentes de una cultura, como es el caso de determinadas modificaciones en la comunidad agraria indígena, las que llevan a la liquidación de la comunidad como tal, y con esto a la destrucción de valores culturales fundamentales no solo para el grupo indígena, sino además para el patrimonio cultural nacional.
Hizo suya la idea de transculturación, reconociendo su creación en su contemporáneo latinoamericano, el cubano Fernando Ortiz. Se trata de los procesos vividos por varios pueblos originarios al entrar en contacto con otros grupos étnicos o sociedades, y que supone la transición de elementos culturales de un grupo a otro, en el contexto de las economías que cada grupo desarrolla. Así, el sistema socioproductivo es la base de sustentación del patrimonio cultural, a través de cuyos elementos se realiza la economía y la vida colectiva del grupo. Por lo cual, la economía y la cultura son dimensiones interdependientes en la vida de un pueblo, siendo fundamentales su articulación y consistencia interna y externa para el desarrollo y sobrevivencia del grupo.
Tal perspectiva le permitió explicar lo vivido por los pueblos australes o “fueguinos”, y prever algunas tendencias en las relaciones del pueblo mapuche y demás pueblos indígenas en sus relaciones con el Estado Nacional chileno.
Consideró los aspectos culturales en la constitución social e histórica de cada pueblo, y el relevamiento de las conexiones entre los pueblos, sus relaciones de complementación y de exclusión, manifestadas en la transculturación y en la subordinación respectivamente.
Además da cuenta de la constitución de la tradición nacional, donde la nación se corresponde a una nación polilingue basada entonces en el reconocimiento de la diversidad cultural, proponiendo una confederación internacional de pueblos y naciones.
La propuesta teórico práctica Lipschutsiana considera que la comprensión de los problemas indigenistas americanos, debe hacerse con la estrategia metodológica que aportan al menos los estudios etnográficos, lingüísticos, demográficos, folklóricos y de economía agraria, para identificar tanto los hechos de orden cultural como los valores que tales hechos representan.
Situado de lleno en el ámbito de las relaciones de poder, piensa que una nueva organización de la soiedad debe plantearse en términos de la autonomía territorial de los pueblos originarios.
Identifica la dinámica del mestizaje y lo que denomina “hipocresía racial”, estableciéndose la autodefensa social y de clase a través de aspectos y modos de vida que marquen la diferencia.
Considera que la autonomía de los pueblos y nacionalidades, aunque se ha dado bajo distintas circunstancias, no es una realidad ajena a los procesos de transformación que las sociedades han enfrentado, por lo cual, forma parte de las alternativas de futuro para los Estados actuales…