Omar Salazar
Si nos detenemos ante los anaqueles de alguna biblioteca, librería, centro de des-información masiva en cualquier país occidental, nos encontramos con frases y decires intencionados en fortalecer las ideas que la civilización humana se inicia con la existencia de los países ubicados en Europa y sus cercanías geográficas.
Un sistema socioeconómico desarrollado como absoluto hegemónico necesita de mentes, corazones y vidas prisioneras en las jaulas de la “libertad” hegeliana, necesita como reafirmación de su absolutismo su autopoiesis ideológica que demuestra sus fronteras y limitaciones culturales que imposibilitan un desarrollo intelectual y del saber elevado por sobre la pretendida auto elevación existencial.
Sobre lo anterior los pueblos de América Latina y el Caribe sabemos de los permanentes esfuerzos por someternos a un dependiente Colonialismo cultural y de los saberes, necesarios para detener el alimentar las diversas y legítimas opciones de convivencias y desarrollos para nuestras comunidades.
China fue y ha sido lugar de nacimiento de diversos saberes y descubrimientos de valía universal; ejemplo de ello son el sistema decimal, la relojería, la pólvora, la fundición de hierro y acero, la brújula, el arado, las vacunas como la de la viruela ya en el siglo XI, el papel y la imprenta entre otros.
Desde la Dinastía Xia, 2070 a.c. hasta la Dinastía Qing, 1600 a.c. se suceden uno tras otro los aportes al conocimiento y cultura universal interrumpido por lo que se conoce como “el siglo de la Humillación” con las invasiones y “las guerras del opio” fustigadas por Gran Bretaña que da origen a las miserias y pobrezas superadas gracias al triunfo del proceso de la revolución y transformaciones que culmina el 1949 con la fundación de la actual República Popular China. (Véase: Marcelo Rodríguez, CEFMA).
Desde 1980 en adelante se han llevado a cabo procesos científicos técnicos de gran impacto en la vida de millones de ciudadanas y ciudadanos chinos, las mejoras de la calidad de vida material y cultural no tiene comparaciones en el mundo occidental y las cifras así lo señalan: según indicadores internacionales la pobreza en el año 1981 alcanzaba al 88% de la población, en el año 2019 alcanzó al 1% llevando a 850 millones de personas a abandonar la pobreza para luego constatar el año 2020 el fin de la pobreza extrema en todo el país de 1.412 Millones de personas.
La irrupción de China como un factor relevante en las relaciones políticas, económicas y culturales en el mundo actual es resultado de miradas e interpretaciones de la sociedad compartidas por los movimientos transformadores en el mundo y de manera particular en América Latina y el Caribe. Desde 1978 con la implementación de las políticas de reforma y apertura impulsadas por Deng Xiaoping; luego en 1982 se reafirma la necesidad de “integrar la verdad universal de la interpretación marxista de la sociedad y su historia con la realidad concreta del país”; en el 2021, Xi Jinping ratifica la adscripción al marxismo, la importancia de la organización política, la profundización de las reformas y las fuerzas productivas.
Para el “hegemónico mundo occidental” le resulta molesto y desconfían de los logros alcanzados que amenazan los intereses geopolíticos de quienes gozaban del imperio de supuestas verdades reveladas ante el emergente desarrollo socio económico irrefutable en la China actual.
Xi Jinping propone concretar “el sueño chino” a partir del “socialismo con particularidades chinas para una nueva era”; se reafirma el compromiso con el pueblo trabajador chino, con su bienestar y expone al marxismo como herramienta para encontrar y construir soluciones que el desarrollo propio les genere.
La invitación está sobre la mesa, el estudio del proceso tecnológico, cultural, político y social chino atrae a los pueblos en sus luchas por la soberanía y dignidad, por su validación y por nuestros esfuerzos por relaciones multilaterales a partir de nuestros intereses y necesidades donde los involucrados sean beneficiarios legítimos y en derecho.
Que sean estas sólo unas primeras palabras.