Vicente Díaz Meneses
El 19 de diciembre del presente año, se cumplirán 100 años del fallecimiento de una de las figuras más importantes para el pensamiento de izquierda y en especial para la historia de los trabajadores de Chile. Luis Emilio Recabarren Serrano (1876-1924) fue un obrero tipógrafo que se convirtió en el símbolo emancipatorio de las personas explotadas a inicios del siglo XX. Dedicó su vida en la lucha por la construcción de una sociedad que pudiera mejorar las condiciones de vida y las injusticias que adolecían a los trabajadores. Ello, a través de la organización y conquista del poder por parte de la clase trabajadora. Este líder político construyó y articuló el pensamiento de izquierda en la concepción de una sociedad a partir del socialismo, donde identificaba la abolición de la miseria, la ignorancia, la explotación y la tiranía a partir de la educación y la cooperación. Gracias a su convicción y organización se pronunció con claridad sobre diversos temas de la contingencia en la que vivía, pero por sobre todo promovió el socialismo como una forma superior de organización social y gobierno al identificarla como el tipo de sociedad que traería el bienestar a los trabajadores. Es por este motivo, que invitó a crear organización en todos los ámbitos que hubiera trabajadores, incentivando la militancia, la participación política activa, la cultura y la democracia.
El hombre que pensaba desde el pueblo
Recabarren comúnmente es reconocido por fundar diversos diarios, mancomunales y organizaciones, entras las que se incluyen el Partido Obrero Socialista en 1912, y que luego se transformaría en el Partido Comunista de Chile en 1922. Sin embargo, no solo en esto radica la gran importancia de este líder político, sino que lo relevante de su accionar es el pensamiento que estaba detrás de su trayectoria. En palabras del historiador Gabriel Salazar, Recabarren era un intelectual orgánico que no estudió en grandes universidades o academias, sino que forjó su destino y concepciones desde la realidad misma que sufrían los trabajadores salitreros. Reconoció las necesidades que sufría la población y los desafíos requeridos para cambiar la realidad de estas personas. Vivir en carne propia las penurias que vivía la clase trabajadora le otorgó la convicción necesaria para cambiar la realidad en la que estaba inmerso, descubriendo que la transformación debe venir desde las mismas personas necesitadas.
Es así, que su teoría transformadora de la realidad chilena estaba orientada hacia un socialismo local, en el que la instauración de una sociedad de carácter socialista que plantea el progreso, el bienestar, la alegría y la justicia deberá ser construida desde la comunidad hacia la nación. El socialismo no necesita ser instaurado desde Santiago para el país, sino que el socialismo se construye entre los trabajadores. Donde viven y trabajan, desde lo local a lo nacional. Por tanto, su misión se concentró en que los trabajadores comprendieran su situación y puedan coordinarse desde el diálogo para accionar en pos de la solución de sus problemas.
Por tanto, para construir este diálogo es necesario formar conciencia para que los trabajadores puedan juzgar y criticar desde su visión la realidad que debe ser transformada. La estrategia política de Recabarren consistía en construir poder y soberanía en la localidad con los trabajadores a través del desarrollo de la inteligencia popular y el pensamiento crítico. El cuál sería la llave que permitiría construir poder de clase. Por esto fundaba periódicos obreros, porque sabía que a través de esto la población estaría contribuyendo a la ilustración y difusión de la cultura en las prácticas de los pueblos, siendo un aporte a que los oprimidos identificaran las cadenas que los encierran. Asimismo, en otra dimensión de la estrategia política, se encuentra en la organización sindical una forma de confrontar al capital y a los patrones que explotan a la población. Así como también la organización partidaria, que busca colocar diputados en el congreso, aunque sólo sirviera para realizar propaganda en pos de las problemáticas de los obreros. La maquinaria partidista burguesa dentro de un congreso liberal oligárquico jamás solucionará los problemas de la clase trabajadora. Los únicos con la capacidad de realizar esta labor serán los propios trabajadores.
Pensar el ahora con la mirada de Recabarren
El contexto político-social nacional requiere que se presenten nuevas ideas que apunten a mejorar la relación entre política y los ciudadanos, a mejorar el entendimiento entre la clase trabajadora que logre abrir al diálogo y a la acción. Por ende, el ejercicio de tomar la mirada de Recabarren para interrogar el presente permitirá ahondar en las condiciones y desafíos de la propia izquierda contemporánea, criticada por alejarse del entendimiento popular. Recuperar la visión de Luis Emilio nos invita a plantear el momento actual desde la mirada de organizar a la población a partir de la autoeducación popular, el arte y la cultura, como mecanismos de lucha de un pueblo por su emancipación. Un llamado que busca congregar a todos los explotados hacia la construcción de una sociedad que contenga el bienestar de todos. Recabarren fue un líder que reconocía la potencialidad del socialismo como un sistema de sociedad que apunta al humanismo, ya que, en sus palabras, amar a la humanidad es amar el progreso y la educación de todos los seres humanos, sin exclusiones. Amar a la humanidad es trabajar para que el amor suprima al explotador, al verdugo y al tirano. Eso es luchar por el socialismo. La búsqueda de la nueva sociedad es construir diálogo en la clase trabajadora, la cual llevará a la organización necesaria para forjar la sociedad que contenga la emancipación de los explotados. Es por esto, que la organización de clase se realizará por, para y desde los mismos trabajadores hacia el bienestar en general.