Conferencia magistral “Septiembre rojo, El golpe de estado: de la conspiración a las primeras resistencias” de Michael Lowy director emérito del CNRS-Francia. Al cierre del Seminario “Continuidad, Cambio, Aprendizajes y Desafíos del Proyecto de la Unidad Popular”.
El cierre de la jornada del Seminario “Continuidad, Cambio, Aprendizajes y Desafíos del Proyecto de la Unidad Popular”, organizado por el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL), en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, el director emérito del CNRS-Francia, Michael Lowy, brindó la charla magistral, la cual fue moderada por el director ejecutivo de ICAL, Pablo Monje-Reyes.
Pablo Monje-Reyes indicó que “en el 2001, cuando el instituto era una casona, cuando el PC estaba bastante solo, cuando el acercarse al ICAL y al PC era mirado con lejanía. Sin embargo, Lowy vino y estuvo tres días con nosotros, estuvo con Volodia. Y había una vinculación histórica, por eso el cierre del seminario con él”.
“Una persona que ha investigado tanto, muchas veces, no le exijamos un orden. La experiencia de construir conocimiento hoy día más que nunca hace falta, porque si no entramos a una lógica de discusión vacía. Lo que nosotros necesitamos es poder nutrirnos”, manifestó.
Michael Lowy apuntó que “en el año 1972 vivía en París, pero seguía con mucha atención lo que pasaba con la UP y no se quien me pidió si quería hacer una contribución y escribí un artículo, sobre la economía de la UP. Leyéndolo con un poco la ventaja de la retrospectiva, llegué a la conclusión de que yo no había entendido nada, porque el artículo era una crítica, muy fácil y superficial, muy sectaria. Porque no están expropiando a todos, que esperan para ir por el socialismo de una vez, etc. Cómo defender ese proceso delante de la amenaza de un golpe, de eso nada”.
Citando a Walter Benedicht Judío Marxista, sostuvo que “los movimientos de liberación, revolucionarios, libertarios, sacan su inspiración de la memoria de nuestros antepasados que fueron vencidos, de los mártires de las revoluciones del pasado”.
Además, Lowy hizo un repaso de ejemplos de procesos revolucionarios que toman a sus mártires:
“Todos conocemos la rebelión de los esclavos dirigida por Espartaco contra el imperio romano. Durante la primera guerra mundial un pequeño grupo de socialistas revolucionarios se organiza alrededor de Gotemburgo, toman como nombre Spartacus Bund, La liga Espartaco. La revolución cubana tiene como su inspirador máximo a José Martí quien luchó contra los colonizadores españoles”, expuso.
“En muchos otros. Tupac Amaru, fue el dirigente de un gran levante en contra del colonialismo de España, también fue derrotado, torturado, vencido, martirizado. Cuando se levantan los revolucionarios en Uruguay toman su ejemplo. Agusto Cesar Sandino combatió en Nicaragua en los años 20 en contra de los marines norteamericanos, los venció, pero fue traicionado por Somoza. En los años 70 se toma el nombre de Frente Sandinista de Liberación Nacional. En 1930 Farabundo Martí funda el Partido Comunista del Salvador, poco tiempo después es fusilado. En 1932 se fundó un levante de movimiento armado, del Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí, único levantamiento dirigido por un PC en Latinoamérica”, agregó.
Y sumó a “Emiliano Zapata héroe de la revolución campesina en México, cuando se levantan los indígenas y los campesinos y Chiapas toma el nombre del Ejército Zapatista de Liberación Nacional”.
El libro
Lowy explicó respecto a su libro “Septiembre Rojo. El Golpe de Estado: de la conspiración a las primeras resistencias”:
Este libro es para empezar, no es un libro sobre la UP, ese es otro tema, sin duda la experiencia de la UP fue una de las experiencias revolucionarias, más importantes de América Latina del siglo XX y tuvo un impacto enorme en todo el mundo y se ha quedado en la memoria colectiva del pueblo chileno y los pueblos de América Latina y en particular la figura del compañero Presidente Salvador Allende que está en el panteón de los revolucionarios.
Este libro no es “serio en historiografía” no somos historiadores, nos ocupamos a veces de historia, pero no es nuestra profesión, además existen varios trabajos muy buenos sobre la historia de la UP, el golpe etcétera.
Tampoco es de teoría o estrategia política. Lo que no se debió hacer y lo que sí. Hicimos un relato histórico del golpe, nos concentramos en ese hecho y tratamos de hacer un relato semi literario, es decir es una mezcla impura entre historiografía, literatura, obra de teatro, escenario para una película que no existe. Y tiene la forma de diálogos, basados en documentos, a los qué se añaden algunas cosas.
Relatando cómo se dio la conspiración desde el inicio, antes de que fuera reconocido por el Parlamento. Reunión en Washington, Nixon, Kissinger, el Jefe de la CIA para discutir cómo se impedía el ascenso de Allende. Hicieron de todo, para empezar, se decidieron a descartar al General Schnneider, se pusieron de acuerdo, se dieron el dinero las armas y los sicarios. Así empieza la historia.
Nixon hablando con Kissinger, jefe de la CIA. Después toman la palabra los dueños de los gremios patronales. Y se llega a la conspiración militar. El día del golpe ya cambiamos para el otro lado de la barricada para ver como el mismo Salvador Allende, con sus familiares con su hija, la payita su compañera, el GAP como discuten que hacer, como reaccionar, el último discurso, los combates de La Moneda, la tentativa de resistir. La última tentativa de resistencia en algunos cordones industriales.
La idea es una presentación sencilla directa, sin pretensiones teóricas y científicas de los hechos obviamente desde el punto de vista nuestro, desde la perspectiva de los comunistas y socialistas chilenos y sus camaradas.
Terminamos con una escena imaginaria en que se reúnen los golpistas para celebrar su victoria, representantes de la dictadura brasileña y se discuten ¿Cuántos comunistas hay que matar? Brasileños dice: unos cientos. Argentina dice: Decenas de miles y Pinochet dice solo algunos miles. Y por último relatos breves de los crímenes de la dictadura.
Esta es nuestra muy modesta cooperación en los 50 años del golpe de estado civil. El libro fue lanzado en Brasil, Francia y Chile colectivamente.
Rendir un homenaje a los revolucionarios chilenos, a Salvador Allende. No como víctimas, sino como combatientes que lucharon hasta su último respiro para defender la perspectiva con las manos. Con el fusil en la mano estos combatientes no se rinden y caen luchando.
Es importante ratificar lo que pasó en Chile, consensuar incluso con los que son críticos no se tiene dudas de que fue un proceso revolucionario, democrático, distinto. Pero una tentativa original, hay una lección, pero no específica de Chile que es que el imperialismo y las oligarquías dominantes sólo aceptan la democracia en la medida en que sus privilegios no son amenazados. Cuando eso ocurre la democracia es tirada por la ventana.